Las leyes de Pareto y de Parkinson aplicadas al trading

 

¿SON NECESARIAS LAS LEYES PARA INVERTIR?

A menudo, en la vida y en el trading, se confunde la libertad financiera con la ausencia de principios preestablecidos, pensando que invertir es algo carente de disciplina y de reglas que nos controlen y ayuden.

Se vende con frecuencia la idea del trader o pequeño y mediano inversor como alguien que hace lo que quiere y del modo que desea, y que al ser su propio jefe en la toma de sus decisiones personales, no debe aceptar ningún tipo de pautas de conducta ni limitaciones de ninguna clase.

Si invertir es arriesgar nuestro dinero y nuestro tiempo, mal haríamos en desentendernos de ser objetivamente disciplinados, dejando a un lado la improvisación y las propias emociones y respetar conductas y rutinas que nos eviten la impulsividad y nos canalicen hacia la consecución de los resultados deseados. Se trata de evitar sufrir daños en nuestra moral…y en nuestra cuenta.

Hay muchos principios que nos pueden servir de apoyo y reflexión, tanto en las finanzas como en nuestra vida cotidiana, pero nos centraremos en la Ley de Pareto y la Ley de Parkinson.

[bctt tweet=»No trates de hacer más, por el mero hecho de hacerlo, y sin ningún motivo. Simplemente haz más de lo que funciona.» username=»TradersSpain»]

La Ley de Pareto

La regla o el principio de Pareto o regla del 80/20, establece que, de forma general y para un amplio número de fenómenos, aproximadamente el 80% de las consecuencias proviene del 20% de las causas.

Siendo flexibles con esos porcentajes, arriba o abajo, es aplicable a otros campos :

  • El 80% de los beneficios de una empresa provienen del 20% de sus productos y de sus clientes
  • Del total de la ropa que tenemos en nuestro armario, al final, solemos usar solamente el 20%, dejando el 80% casi olvidado.
  • De la red de contactos sociales, desconocemos y no tenemos relación con más del 80% de los mismos, no interactuando ni siquiera con ese 20%.
  • El 20% de las personas que conoces te proveen el 80% de soporte y satisfacción (amistad, amor, compañía…).
  • Nos podemos tirar muchas horas delante del ordenador, pero al final, el tiempo de utilidad, sin distracciones, no supera ni ese 20%.
  • El 80% de los beneficios mayores de una cartera tiene su origen en el 20% de las mejores operaciones realizadas y…
  • El 20% de nuestras operaciones negativas (si no las controlamos y si no nos controlamos) son las que pueden determinar el fracaso total de nuestra cuenta…

El 80% de los resultados procede del 20% de los esfuerzos realizados y del tiempo invertido.

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  • Importa, más que la cifra exacta, buscar esos pequeños porcentajes que pueden ayudarnos a mejorar nuestra vida y nuestros resultados económicos de forma sustancial.
  • Cambiar y potenciar esas pequeñas cosas que realmente tengan una implicación directa en nuestro día a día, y en nuestra operativa y nuestras finanzas y ya sea a nivel de productividad, resultados, felicidad, amigos, clientes o inversiones.
  • No trates de hacer más, por el mero hecho de hacerlo, y sin ningún motivo. No es igual cantidad que calidad: Simplemente haz más de lo que funciona.
  • Hemos de tratar de buscar, eliminar y aislar esa serie de comportamientos erróneos a la hora de invertir, que nos provocan la mayor parte de nuestras pérdidas y stops.

Optimizar nuestro esfuerzo,  tiempo e inversiones… buscando revertir y hacer crecer ese ratio  para reducir la parte improductiva e ir aumentando del 20% que nos genera valor, al 30, al 40%…

Y tratar de ponerlo en práctica para buscar nuestro propio pequeño porcentaje de esfuerzo e inversiones de calidad que realmente nos terminen dando el mayor porcentaje posible de satisfacciones y resultados positivos.  Hay que focalizarse y distinguir entre lo que nos es útil y nos aporta, y entre lo que nos roba tiempo, energía…y dinero.

La Ley de Parkinson

Cyril N. Parkinson viene a decir que todo trabajo se dilata indefinidamente hasta llegar a ocupar la totalidad del tiempo disponible para su completa realización y así el tiempo invertido en un trabajo varía en función del plazo disponible.

Se conecta con nuestra tendencia a la distracción continua, a no empezar algo: posponer el ponernos reglas a la hora de invertir en los mercados, dejar las cosas de un día para otro y esperar a realizarlas el último…o procrastinar y complejizar una tarea cuando tenemos más tiempo para hacerlo.

Se trata de ser más inteligentes en el manejo de recursos y sacarle el jugo a nuestros días y a nuestro tiempo.

Conozco gente que intenta aprender a hacer trading y dispone de todo el tiempo del mundo, pero luego no es capaz ni de terminar el primer libro básico que debía leer.

Y quien se tira simulando y simulando, y cambiando eternamente de sistema, eternizando el paso al real, o difiriendo el dar un paso adelante en sus inversiones y sacar por fin una rentabilidad a sus ahorros (ya sea por cuenta propia o delegando en otros), pero pasan los días y al final no hace nada.

Las tareas, las ideas, los proyectos, los “deseos de comenzar algo” sin fecha de vencimiento, tienden a hacerse eternas.

Y en el trading al no tener a nadie “que nos supervise” o que esté por encima de nosotros, tendemos a dilatar aún más las cosas y a improvisar y a no cumplir ninguna norma. Quizá somos empleados muy eficientes y productivos, pero no logramos empezar nuestro propio proyecto de inversión o comenzar nuestro plan de inversión.

El tiempo dedicado a cualquier tema de la agenda es inversamente proporcional a su importancia.

Nos resulta más fácil centrarnos en las cosas triviales y sencillas, que en las que son más complejas o requieren pensar y esforzarnos un poco más. Nos “enredamos” más en los detalles menos importantes en lugar de en lo esencial.

Así, el tiempo se dilata y se contrae según nuestra forma de trabajar. Si queremos buscar un sistema válido de inversión, nos eternizaremos  buscando  la perfección, pero en la mayoría de ocasiones no tenemos ni siquiera que hacer las cosas y nuestra operativa muy bien.

Nos debería bastar con hacerlas bien (y sin cometer grandes errores que nos resignamos a corregir) y centrarnos en lo importante y en lo simple, ya que nunca habrá ningún sistema de inversión perfecto, sin sus operaciones erróneas y sin sus lógicas pérdidas.

No es malo ponerse  plazos.

Si nunca hiciste algo (invertir, por ejemplo) es difícil que salga perfecto a la primera, pero hay que ponerse plazos, dar el paso y poco a poco, empezar, para que nuestros proyectos financieros se hagan realidad.

Recordarse siempre el axioma de “Hecho es Mejor que Perfecto”.

Combinar la Ley de Pareto : priorizando un 20% de las cosas que hacemos podemos llegar a obtener un 80% de los resultados, con la de Parkinson: reduzcamos el tiempo disponible para centrarnos en lo importante.

La mejor forma de aprovechar nuestro tiempo es seleccionar adecuadamente ese 20% importante de las cosas que hacemos y fijar un tiempo concreto, para realizarlas.

Así nos centraremos en nuestra operativa “de calidad”,en  las cosas esenciales obteniendo un 80% del resultado, dedicando el tiempo mínimo a conseguirlo.

No dejar nunca de lado ni la dedicación ni el esfuerzo, por supuesto, pero focalizarnos para buscar lo que nos produce resultados, lo que nos hace avanzar, y apartarnos y rechazar  lo que nos hace perder tiempo y dinero.

Artículo escrito por Gonzalo Germán de Diez Mil Horas de Trading en TRADERS´ Magazine edición Julio – Agosto 2018. Para leer la revista completa Click Aquí

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