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básicos

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De hecho, de que sirve tener una estrategia o un

método que funcione, si no somos capaces de seguirlo

por ego, codicia, o miedo. De aquí nace la otra pata

que necesitamos para tener éxito en el mundo de la

bolsa. El llamado Psicotrading: La psicología aplicada

al trading.

De ello se ha escrito mucho, pero en los últimos tiem-

pos se empieza a hablar con más normalidad de las fi-

nanzas conductuales (que nacen de la unión de la psico-

logía, la economía tradicional y la neuroeconomía), fruto

también incluso de algunos estudios interesantes que se

han ido realizando. Las finanzas conductuales muestran

que cuando se trata de riesgo e incertidumbre, el com-

portamiento de los inversores se desvía mucho del esce-

nario ideal de los inversores racionales.

Uno de esos estudios que nos dejan datos interesan-

tes, es el realizado por el banco de inversión Credit Suis-

se, el cual nos indica que al tomar la determinación de

invertir, el 80% tiene que ver con cuestiones psicológicas.

Prácticamente, se podría decir de este modo que si so-

mos fuertes mentalmente y somos capaces de evadirnos

de nuestras emociones, tocaremos el éxito con la punta

de los dedos.

¿Somos seres emocionales, o racionales?

Ambas cosas. De hecho, nuestro cerebro tiene una par-

te del mismo que es racional, y otra emocional. La parte

izquierda es la parte más racional, capaz de darnos razo-

namiento lógico, capacidad de análisis o de hablar. Y el

lado derecho es la parte más emocional, capaz de dar-

nos creatividad, intuición y pensamiento no lineal. En el

trading, por mucho que queramos evitarlo, a menos que

entrenemos previamente al cerebro, somos de forma ge-

neralizada seres claramente emocionales.

Lo somos, porque cuando estamos ante una operación

que se nos va en contra y entra en pérdidas, es habitual que

un trader principiante, tienda a cambiar de estrategia en

mitad de la misma, a pesar de haber realizado un análisis

previo, obviándolo y dejándose llevar por las emociones,

cambiando el Stop Loss de lugar, entrando con más fuerza

comprando a un precio peor para promediar a la baja o sim-

plemente saliendo de la operación firmando esa pérdida

porque no aguantamos ver que la operación está en pérdi-

das. Cualquiera, seguro que se siente representado en una

de esas tres escenificaciones. En varias, o en todas.

No tenemos que sentirnos mal si de inicio hemos he-

cho alguno de estos cambios dentro de nuestra operativa