PORTADA
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¿De dónde viene la ineficiencia?
Básicamente, los mercados son bas-
tante eficientes la mayor parte del
tiempo debido a la competitividad.
A la cual llamamos “sabiduría de
las multitudes”. Estas son las fases
estables en las que apenas existen
ineficiencias. Sin embargo, solo es
válido hasta que el comportamiento
irracional gane de nuevo cierta ven-
taja. Esto sucede, por ejemplo, cuan-
do se da el pánico en los mercados.
Muchos inversores ven cómo sus
carteras se reducen cada vez más.
En respuesta a la alta volatilidad del
momento se produce un reflejo que
nos hace salir. Sobre todo, porque
sabemos que los inversores actúan
de manera instintiva y emocional.
Sería como cuando un oso salvaje
amenazaba nuestras vidas en la Edad
de Piedra, en este caso los inverso-
res creen que los precios podrían
irse a cero y por ello solo les interesa
escapar “vivos”. Aunque suene exa-
gerado, es un proceso real que tiene
lugar en nuestros cerebros: si hay un
crac y el cerebro cree que estamos
entre la vida o la muerte, entonces actúa diciéndote que
corras para salvar tu vida. Como resultado, los inversores
venderán a cualquier precio, lo que seguirá reduciendo
los precios y provocará la próxima ronda de ventas en
pánico. Ello provocará que los mercados caigan de nuevo
y mucho más de lo que se podría explicar con los mo-
delos racionales. Tales desarrollos también se conocen
como “la locura de las masas”. En última instancia, sin
embargo, esta es solo una reacción (falsa) de muchos in-
versores a un entorno de mercado modificado que altera
las relaciones de riesgo/rentabilidad existentes. Por lo
tanto, estas ineficiencias van a ser explotadas de forma
rentable por otros participantes del mercado. Porque las
grandes ineficiencias dan un incentivo para que otros tra-
ders con más información, evalúen mejor la situación de
forma racional y obtengan beneficios. Esta retroalimen-
tación entre el potencial de ganancias y el grado de efi-
ciencia hace que los mercados oscilen entre los estados
eficientes e ineficientes, dependiendo de la combinación
de condiciones ambientales, cantidad y naturaleza de los
diferentes participantes. Las ineficiencias no solo signi-
fican que se crearán oportunidades en las que tomar las
decisiones correctas y obtener beneficios, sino también
mayores oportunidades para perder al tomar decisiones
equivocadas. Las ineficiencias por sí solas no nos dan las
ganancias de forma automática, sino solo oportunidades
que deben interpretarse adecuadamente. Por lo tanto,
estar activo tan sólo por estarlo, puede ser devastador
a pesar de las ineficiencias existentes. Por ello, los inver-
sores deben trabajar lo necesario para descubrir cómo
aprovechar cada situación.
Se trata de la sobrevivir
Con las condiciones del mercado en constante cambio,
siempre hay nuevas fuentes de ineficiencias más o me-
nos grandes. Los participantes del mercado que están
en las mejores condiciones para adaptarse a los nuevos
entornos, no solo logran altos rendimientos sino que, so-
bre todo, tienen mayores posibilidades de sobrevivir. Y la
supervivencia es crucial en el contexto de la AMH, para-
lela al modelo a seguir en la naturaleza. Porque solo los
participantes del mercado que se aseguren su existencia
En los mercados, los patrones prevalecientes se alternan una y otra vez: tendencias bajistas, movimientos laterales,
tendencias alcistas, pero también los cambios en los patrones de volatilidad y correlaciones. La caída de Lehman
en otoño de 2008 llegó a los mercados. Pero dicho evento tuvo un efecto continuo durante los años siguientes. Los
inversores habían registrado enormes pérdidas y se vieron marcados por las experiencias de ese año. Después del
crac, la ansiedad fue mayor a nivel emocional (no racional). Esta es la razón por la cual los movimientos de precios
pasados pueden ser muy importantes para el desarrollo del mercado presente y futuro: la dependencia de la ruta
implica un tipo de memoria colectiva. Al mismo tiempo, este entorno ofrece enormes oportunidades para que los
inversores experimentados y con valores racionales aprovechen. Tras el crac, éste se mantiene durante mucho
tiempo en las mentes de los traders que crean una gran “pared de preocupación” a lo largo de la cual los precios po-
drían subir lentamente durante casi 10 años, mientras, los recuerdos negativos solo se desvanecerán gradualmente.
Fuente:
www.tradesignalonline.comG2)
El miedo después de un crac