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BÁSICOS

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en esos precisos instantes y nuestros beneficios serían

máximos. En otras palabras, tendríamos en nuestras ma-

nos el ansiado Santo Grial. Pero la mala noticia es que

eso de entrar justo al final de la corrección es una autén-

tica quimera.

Es cierto que existen muchas estrategias que tratan

de vislumbrar cuando se producirá el tan ansiado final de

corrección, pero ninguna es perfecta y aunque sus plan-

teamientos puedan ser interesantes, la realidad es que

nunca sabremos de antemano cuanto puede durar esa

corrección.

Una de esas técnicas son los retrocesos de Fibonacci

que nos proponen, básicamente, que el final de la correc-

ción se producirá, con mayor probabilidad, en niveles de

ción o distribución no quiere decir que el precio se tenga

que girar inmediatamente. De hecho, el precio se girará

sólo cuando se den las condiciones apropiadas para ello,

y no antes. No nos empeñemos en querer buscar lo que

no hay ni en querer ver lo que no existe.”.

Esta reflexión encierra tres claves importantes del tra-

ding. La primera es la humildad: no podemos pretender

ser más listos que el mercado. Querer “girar al precio”

de forma prematura sin que el cambio de dirección se

haya producido es un juego perdedor. La segunda es la

importancia de operar siempre a favor de la tendencia,

lo que Jesse Livermore denominó “la línea de menor

resistencia”, y que consiste básicamente en buscar “lar-

gos” sólo cuando detectemos que

la oferta ya no presiona y en buscar

“cortos” cuando detectemos que es

la demanda la que ya no lo hace. Y la

tercera, y donde me centro en este

artículo, es la de operar sólo cuando

detectemos que el siguiente movi-

miento, después de la corrección, ya

está en en pleno desarrollo.

Dualidad “impulso-corrección”

Una de las hipótesis más aceptadas

por casi todos los operadores téc-

nicos es la de que el precio se des-

plaza a través de la tendencia con

una serie de movimientos impulsi-

vos corregidos temporalmente por

movimientos en sentido contrario

llamados retrocesos o correcciones

(ver imagen 1). Es lo que denomina-

mos “dualidad impulso-corrección”.

Obviamente si fuésemos capaces de

detectar justo el final de esas correc-

ciones tan sólo tendríamos operar

En este gráfico vemos la tendencia de Apple desde abril de 2013 hasta junio 2015 en la que se puede apreciar

los movimientos impulsivos a favor de la tendencia (en color azul) seguidos de correcciones temporales (en

rojo).

Fuente:Visual Chart

G1)

Dualidad impulso-corrección en el gráfico de Apple

Es cierto que existen muchas estrategias que

tratan de vislumbrar cuando se producirá el tan

ansiado final de corrección, pero ninguna es perfecta